04 septiembre 2012

La mariposa azul

Había un viudo que vivía con sus dos hijas, curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. A algunas de ellas él sabía responder, a otras no. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.

El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar.

Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no supiese responder; entonces una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.

"¿Qué vas a hacer?" –preguntó la hermana.

"Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta."

Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. Y así, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada! jijijiji, soltó una risa maliciosa.

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando.

- "Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?"

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:

"Depende de tí. Ella está en tus manos."

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro, con nuestras decisiones y nuestros juicios. No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos (o no conquistamos). Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul... Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella.


El día que puse mi vida en las manos de Dios, me quité un gran peso, en Él confío y en Él tengo puestas todas mis esperanzas...